Controlador fiscal o Factura Electrónica: ¿por cuál optar?
A través de la Resolución General N° 4290 la AFIP eliminó la obligación de utilizar controladores fiscales en los casos de quienes realicen operaciones con consumidores finales y definió un cronograma para la adecuación a esta resolución durante el 2021.
En este sentido, los contribuyentes pueden optar por emitir Factura Electrónica o por utilizar controlador fiscal para respaldar sus operaciones, o ambas en forma conjunta.
Los responsables inscriptos o exentos en el impuesto al valor agregado y los monotributistas (con excepción del régimen de inclusión social) se encuentran obligados a utilizar controlador fiscal y/o a emitir Facturación Electrónica. Podrán optar por una de las 2 modalidades, o ambas en forma conjunta.
En el caso de las micro, pequeñas o medianas empresas (MiPyME) por las operaciones que realicen con una empresa grande u otra MiPyME que haya adherido al régimen de “Factura de Crédito Electrónica MiPyMEs”, deberán emitir exclusivamente Facturación Electrónica.
Controlador fiscal o Factura Electrónica: ¿Cuál conviene?
Costos
Los controladores fiscales tienen un costo promedio de USD 800 y se requiere uno por punto de venta, además de un equipo de back up por sucursal. A eso hay que añadir el costo de soporte y mantenimiento del oficial homologado, más la renovación de los equipos que debe realizarse cada 3 o 5 años. Otra cosa que incrementa el valor, es el sistema operativo o software para administrar sus funcionalidades.
En el caso de los Responsables Inscriptos, estos deben agregar el costo de hasta $130.000 de la impresora térmica o comandera que necesitan para emitir comprobantes del tipo “A”.
La Factura Electrónica, en cambio, es notablemente más ventajosa en términos de costos, ya que solo se requiere abonar una suscripción mensual (parte de los $390 por mes) a un software como Facturante que permita automatizar su emisión y envío.
“Al tratarse de un servicio en la nube, no requiere equipos físicos más que una computadora, un celular o una tablet. No hay nada que pueda romperse ni que necesite mantenimiento. Solo es necesario contar con una impresora de cualquier tipo, no homologada, para imprimir un ticket en el caso de que así lo solicite el comprador”, puntualizó Lorena Comino -CEO y Cofundadora de Facturante.
Practicidad y disponibilidad ante contingencias
Para utilizar un controlador fiscal es necesario que el equipo se encuentre conectado a una fuente de electricidad. Por lo que, si se produjera un corte de luz, no podría facturar.
En cambio, un sistema de Facturación Electrónica en la nube, permite acceder desde un dispositivo móvil y, cuenta con un mecanismo de respaldo ante contingencias como cortes de electricidad, de internet, o la caída de la AFIP.
Ese mecanismo es el CAEA, Código de Autorización Electrónico Anticipado, el cual permite que el comprador pueda hacerse de su comprobante aunque se presente cualquiera de las situaciones de contingencia mencionadas antes. Lo que significa que es posible seguir vendiendo de forma presencial sin problemas.
Experiencia del cliente y omnicanalidad
Los controladores fiscales emiten un ticket impreso que puede extraviarse o romperse. En cambio, la Factura Electrónica llega directamente al email del comprador y allí puede consultarla cuando quiera. Esto reduce el impacto medioambiental y mejora la experiencia de compra del cliente.
Por otro lado, empresas como Facturante ofrecen la posibilidad de integrar múltiples canales de venta, tanto digitales como offline, con lo cual independientemente desde dónde el consumidor realice la compra, siempre recibirá la misma experiencia.
“Supongamos que vendés a través de Mercado Libre, tenés una Tienda Online donde cobrás con Mercado Pago y además un local a la calle. Podrías integrar la facturación de todos esos canales a Facturante a través del Bot para Mercado Pago, y usar nuestro facturador manual para tus ventas presenciales. Tus clientes siempre recibirán la misma experiencia independientemente del lugar que usen para comprar”, ilustra Comino.
Informes contables e impositivos
La implementación de controladores fiscales requiere una presentación semanal obligatoria llamada “Presentación de DDJJ y Pagos – Controladores Fiscales”. Este informe implica un gasto de tiempo y dinero para la empresa, ya que no puede automatizarse como en el caso de las facturas electrónicas.
Los sistemas de facturación electrónica, generan informes contables e impositivos de forma automática que es posible enviar a un ERP o sistema propio. De esta manera, la información de la empresa siempre se encuentra actualizada y sincronizada.
Con esto, no resulta necesario registrar en la AFIP todos los puntos de venta mediante un controlador fiscal una vez por semana, lo que significa ahorro de tiempo, tareas manuales, riesgos, y evitar la necesidad de asignar personas a realizar esta tarea sensible.
Ventas
Los controladores fiscales nacieron pensados únicamente para emitir comprobantes.
En cambio, la Factura Electrónica como la concibe Facturante, es un eje en torno al cual se puede articular un sinfín de servicios automatizados que van desde el Marketing hasta la inteligencia comercial.
“El email en el cual se entrega la factura es un medio de comunicación que puede usarse para profundizar la relación con los clientes y continuar generando ventas” subraya la CEO de Facturante y añade, “por ejemplo, incluyendo promociones o productos relacionados que incentiven futuras recompras”.
Por otro lado, la Factura Electrónica permite crear una base de datos de clientes, ya que es necesario que el usuario informe su correo para poder recibir el comprobante. De esta manera, es posible generar diferentes comunicaciones luego y así fomentar la recompra.
¿Cuál es el plazo para realizar el cambio?
Los equipos de “vieja tecnología”, es decir los controladores de primera generación que eran los que se utilizaban hasta ahora, podrán usarse según el cronograma que conforme a la cantidad de equipos homologados: