En el último tiempo se ha instalado el debate entre los profesionales en ciencias económicas sobre si la tecnología vino a quitarnos trabajo o si por el contrario es un complemento necesario en el desarrollo de nuestra actividad.
Es innegable el avance y el desarrollo tecnológico a nivel mundial y es notoriamente visible como ello repercute en cada trabajo y en cada profesión, por supuesto que nosotros no estamos exentos de ello.
Así las cosas, hoy en día nos encontramos con el dilema de elegir entre oponernos por completo o empezar a integrar en nuestras tareas diarias los avances tecnológicos.
Como ya habrá advertido el lector a partir del título de este artículo, somos partidarios de la postura de adecuarnos a las nuevas tecnologías como punto de partida al desarrollo y jerarquización de nuestra profesión.
Los robots, sistemas, softwares o cualquier avance tecnológico nunca podrán reemplazar el activo principal que tenemos como profesionales: el saber asesorar correctamente a partir del estudio de la situación particular de cada cliente aplicando las normas que correspondan.
En un sistema tributario cada vez más cambiante y confuso se hace indispensable para el empresario grande y hasta para el pequeño emprendedor, contar con el asesoramiento profesional para lograr el crecimiento de su negocio.
La planificación fiscal, aunque diezmada por el sistema tributario actual, es un desafío y una apuesta que solo nosotros podemos dar.
La base de la jerarquización profesional teniendo en cuenta las nuevas tecnologías viene dada por la simplificación de tareas repetitivas que estas nos permiten para de esta manera enfocarnos en lo realmente importante a la hora de asesorar, es decir en el control y en la auditoría.
Nuestra profesión tiene que tender a asesorar y planificar más que a la carga de datos en aplicativos que en la mayoría de los casos son repetitivos e irrelevantes. Para eso el uso de la tecnología es indispensable.
Es necesario que AFIP simplifique sus regímenes de información, reduzca la carga de información inútil, adapte sus aplicativos a las nuevas tecnologías permitiendo la importación de datos y derogue su disposición sobre la prohibición de bots en su sitio web.
Teniendo la posibilidad de que un robot haga por nosotros el trabajo repetitivo, más tedioso y que sin dudas el que nos insume más tiempo, es innegable el planteo de que la tecnología es nuestra aliada.
Por supuesto que los robots no hacen todo el trabajo, de nuestra parte queda la parte de controlar y auditar que todo esté correcto y practicar los ajustes que sean necesarios. De ahí que creemos, y aún más, estamos convencidos, que la tecnología es un pilar fundamental a la hora de jerarquizar nuestra profesión. A partir de estos avances podremos dedicar más tiempo a lo verdaderamente importante.