El Consejo Profesional de Ciencias Económicas informó que, a través de su área de Cumplimiento y Responsabilidad Profesional, detectó la existencia y promoción de la plataforma denominada “Lannis”, presentada como “el primer contador AI del mundo”, que brinda asesoramiento y liquidación de impuestos de manera automatizada.
Según la entidad, la plataforma vulnera la Ley Nacional 20.488, que regula el ejercicio de las profesiones de Ciencias Económicas en la República Argentina, ya que las tareas de asesoramiento contable, tributario y liquidación impositiva son de incumbencia exclusiva de los profesionales matriculados.
Por este motivo, el Consejo intimó formalmente a los responsables de “Lannis” a cesar sus actividades en un plazo máximo de 48 horas, bajo apercibimiento de iniciar las denuncias administrativas y judiciales correspondientes.
Asimismo, se convocó a los representantes de la plataforma a presentarse ante la institución para esclarecer la situación y regularizar su accionar dentro del marco legal vigente.
Desde el Consejo remarcaron que estas acciones se enmarcan en el compromiso permanente de la entidad de defender las incumbencias profesionales, garantizar la confianza pública y preservar el ejercicio ético y responsable de las Ciencias Económicas frente al avance de herramientas tecnológicas que intentan reemplazar tareas reservadas a los matriculados.
“Seguimos trabajando para proteger la profesión y asegurar el cumplimiento de nuestras incumbencias”, concluyó el comunicado institucional.
En primer lugar, considero correcta la actuación del Consejo CABA. Su función principal es velar por la defensa de la profesión y nuestras incumbencias, algo fundamental en un contexto donde la tecnología avanza más rápido que la regulación.
Dicho esto, también creo firmemente que la incorporación de tecnologías modernas e inteligencia artificial (IA) no debe ser vista como una amenaza, sino como una oportunidad para evolucionar. Desde hace tiempo sostengo que los contadores debemos dejar de ser data entry del fisco y convertirnos en consultores y analistas estratégicos, agregando valor real al negocio y a la toma de decisiones.
Toda plataforma o aplicación que facilite nuestra tarea mediante nuevas tecnologías es bienvenida. Lo que no comparto es la idea de promocionar una herramienta como un reemplazo total del contador, porque eso constituye publicidad engañosa. Ninguna inteligencia artificial puede suplantar el conocimiento, la experiencia y el criterio profesional humano.
También defiendo la libertad de elección: cada persona debe poder optar entre contratar un contador o utilizar una aplicación, según sus necesidades y nivel de complejidad. Pero esa elección debe hacerse con información clara, sin falsas promesas ni confusión sobre quién asume la responsabilidad profesional.
La profesión contable está en plena transformación, y debemos adaptarnos. Si seguimos realizando tareas repetitivas que una máquina puede ejecutar, corremos el riesgo de desaparecer como profesión. Por eso, el futuro del contador está en ofrecer lo que la IA no puede: análisis, conocimiento, criterio y acompañamiento humano.
El problema de quienes creen que una IA puede reemplazar íntegramente a un contador es que reducen nuestra labor al control de facturación de un monotributista. Y eso está muy lejos de lo que realmente hacemos. Incluso en esos casos, el profesional que usa IA para automatizar tareas básicas no es menos contador, sino más eficiente y preparado para ofrecer asesoramiento integral.
En definitiva, usar la IA no nos hace menos profesionales. Lo importante es saber cómo usarla, distinguir lo automatizable de lo esencialmente humano y potenciar nuestro rol con herramientas tecnológicas. El verdadero valor del contador seguirá siendo su análisis, experiencia, empatía y capacidad de generar confianza.