La estimación preliminar del producto interno bruto (PIB), en el primer trimestre de 2024, muestra un descenso de 5,1% con relación al mismo período del año anterior, según el INDEC.
La economía argentina enfrenta un panorama desafiante tras los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que revelan una caída significativa del Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre de 2024. En términos desestacionalizados, el PIB descendió un 2,6% en comparación con el último trimestre de 2023, y en una comparación interanual muestra un decrecimiento del 5,1%.
Según el informe del INDEC publicado ayer, entre los componentes de la demanda, la formación bruta de capital fijo sufrió una contracción alarmante del 23,4% en términos interanuales. Esta caída se explica principalmente por la disminución de la inversión en construcciones, que se desplomó un 26,6%, y en maquinaria y equipo, que cayó un 26,3%. Dentro de este último segmento, la inversión en equipo nacional se redujo en un 32,6%, mientras que el equipo importado descendió un 22,3%.
El consumo privado, otro pilar crucial de la economía, también presentó un retroceso significativo del 6,7% en comparación con el primer trimestre del año pasado. En términos desestacionalizados, la caída fue del 2,6% con respecto al trimestre anterior. El consumo público no estuvo exento de esta tendencia a la baja, registrando una disminución del 5% interanual y del 0,8% en términos trimestrales.
A pesar del sombrío panorama general, las exportaciones se destacaron con un incremento notable del 26,1% en términos interanuales y del 11,1% en comparación con el trimestre anterior. Este crecimiento en las exportaciones es un punto positivo en una economía que enfrenta múltiples desafíos internos y externos.
Los sectores de actividad económica también mostraron caídas significativas. La construcción, un indicador clave de la actividad económica, cayó un 19,7% en comparación con el mismo período del año pasado. La industria manufacturera registró una disminución del 13,7%, mientras que el sector de intermediación financiera cayó un 13%.
El sector de comercio mayorista y minorista, así como el de reparaciones, también se vio afectado, con una caída del 8,7% interanual. Otros sectores como transporte y comunicaciones, y hoteles y restaurantes, experimentaron descensos menores, pero preocupantes, de 1,1% y 1,7% respectivamente.
En contraste, algunos sectores lograron mostrar signos positivos. El valor agregado del sector de agricultura, ganadería, caza y silvicultura creció un 10,2%, mientras que la explotación de minas y canteras registró un aumento del 8%. Estos sectores se perfilan como posibles impulsores de una recuperación económica más amplia en el futuro.
El informe del INDEC pinta un cuadro preocupante para la economía argentina, destacando la necesidad de políticas que impulsen la inversión y el consumo para revertir la tendencia negativa.
La evolución macroeconómica del primer trimestre indica una contracción de la oferta global del 8,3%, influenciada tanto por la caída del PIB como por una disminución del 20,1% en las importaciones de bienes y servicios. Esta situación subraya la urgencia de medidas que estabilicen y fomenten el crecimiento económico a mediano y largo plazo.