Llegaron para quedarse y son un fenómeno que cada vez avanza y se complejiza más. Bitcoin, Ether, DAI, USDT, dogeCoin, ADA, todos nombres que, hasta hace no mucho tiempo, eran desconocidos por las personas y que hoy pasaron a ser una herramienta más de inversión en la economía de los argentinos. Sin embargo ¿hasta qué punto entendemos este paradigma? En esta nota intentaré brindar una respuesta resumida a algunos de los conceptos principales que podemos encontrar al operar con estos activos denominados criptomonedas.
¿Qué es una criptomoneda?
Para ser lo más sintético posible, la definimos como un medio digital de intercambio (una especie de dinero digital) que utiliza códigos mediante criptografía para asegurar la titularidad, la integridad de las operaciones y el control de creación de unidades adicionales. En otras palabras, las operaciones están protegidas con métodos de encriptación y ocurren en redes que usan tecnología blockchain o de “cadena de bloques”, por lo que los registros no pueden ser alterados.
¿Cómo funciona blockchain?
Es un sistema de almacenamiento único, libre de falsificaciones, consensuado, descentralizado y distribuido en varias copias denominadas nodos, que están alojadas en un dispositivo (computadora, smartphone, etc.), el cual es parte de una red.
Su nombre significa cadena de bloques. Los bloques son ficheros de texto que contienen la información que queremos guardar y que, a su vez, forman una cadena ya que cada componente contiene información del anterior.
En el caso de las criptomonedas se podría definir a este proceso como un gran libro contable donde están registradas todas las operaciones. Por ejemplo, la blockchain del Bitcoin es la red de computadoras que tienen el software del mismo nombre y su cadena de bloques contiene el registro de todas las transacciones acontecidas.
¿Cómo se crea una criptomoneda? ¿Qué es la minería?
Cada unidad se crea indirectamente en un proceso llamado minería. Determinados nodos de la red, denominados mineros, compiten para encontrar la solución a un problema matemático mientras se procesan las transacciones. Es decir que los usuarios ponen a disposición el poder de procesamiento de su computadora para verificar y registrar transacciones. En el sistema blockchain, los mineros son los encargados de generar los nuevos bloques añadiéndolos al final de la cadena.
Por ejemplo, cada diez minutos, en promedio, un minero de Bitcoin compite por validar todas las transacciones de los últimos diez minutos y, si logra resolver el problema obtiene una recompensa en forma de Bitcoin. Esta función es conocida como “prueba de trabajo”. A la fecha de este artículo, la recompensa consiste en 6,25 Bitcoin por bloque minado, y cada 210.000 bloques, la recompensa se reduce a la mitad (este acontecimiento se denomina halving). Además, cada unidad de Bitcoin se puede dividir en 100 millones de partes hasta obtener el 0,00000001 de cada unidad. Esa unidad mínima se llama satoshi.
¿Cómo se adquieren criptomonedas?
En Argentina existen varios métodos para adquirir este activo. La forma más tradicional sería mediante un exchange (casas de cambio digitales) donde podemos registrarnos y efectuar operaciones de compra y venta iguales a las que haríamos con el dólar en un homebanking. Dentro de estas entidades, podemos encontrar a Buenbit, Ripio, Satoshi Tango o Lemon Cash, entre otros.
Por otra parte, existe el método P2P (peer to peer) o persona a persona en el que se busca establecer un contacto directo con una persona y una vez establecido, haremos un intercambio que incluya criptomonedas, pesos o dólares. Allí existirá una transferencia a una cuenta bancaria o billetera virtual y las cripto obtenidas en la operación quedarán en la billetera del Exchange. Usualmente se realiza por medio de Binance, que es la plataforma de intercambio con el mayor volumen comercial del mundo.
Cabe destacar que, hay otras formas, pero no es mi objetivo explayarme más en esto.
¿Dónde quedan depositadas? ¿Qué es la clave pública y la clave privada?
Mientras que para el dinero tradicional tenemos alternativas de almacenamiento tales como una billetera física, una virtual o una cuenta bancaria, en el mundo de las criptomonedas, donde todo es digital, también se utilizan las billeteras (wallets) pero con otro sentido.
La criptomoneda como valor no está “guardada” en wallets, sino lo que se almacena es la clave privada (código digital seguro solo conocido para la persona) que muestra la propiedad de una clave pública (código digital público conectado a una cierta cantidad de criptomonedas que sería el paralelo a una CBU o CVU). Por ello, en resumen, la billetera almacena claves privadas y públicas y, además, permite enviar y recibir monedas y actuar como un libro de contabilidad personal de las transacciones.
Es necesario destacar que también existe la llamada “frase semilla”, que es una sucesión de 12, 18 o 24 palabras en inglés, que permite acceder a los fondos en lugar de la clave privada.
Son varias las historias de gente que ha olvidado su clave privada y ha perdido una cantidad considerable de Bitcoin dado que al no tener conocimiento de esa contraseña nunca más podrán recuperar esas monedas. Aunque, existen empresas que ofrecen un servicio sin garantía de éxito y bastante costoso para descifrar la clave extraviada.
¿Qué tipos de billeteras existen?
En general, se diferencian dos tipos de billeteras.
Por un lado, nos encontramos con las billeteras frías (Cold Wallets) que operan fuera de la red, funcionan sin la necesidad de Internet y son las más seguras debido a que están protegidas frente a un potencial hackeo. Podemos distinguir en este grupo a las hardware wallet (similar a un pendrive), las paper wallet (un papel impreso donde figuran las claves para operar), las mobile wallet (aplicación en el celular) o las desk wallet (programa en la computadora).
Por el otro lado, tenemos las billeteras calientes (Hot Wallets) que están conectadas siempre a Internet y por ello, son más propicias a recibir ataques informáticos. Son usadas principalmente para operar o transferir. Aquí el ejemplo más representativo es cuando se dejan las claves de las cripto en un Exchange. Es decir, que existen empresas que ofrecen una billetera dentro de su aplicación para que los usuarios usen sus fondos de la misma manera que un home banking, con nombre de usuario y contraseña que se pueden recuperar fácilmente mediante las verificaciones tradicionales y sin la necesidad de recordar claves privadas ni frases semillas. Sin embargo, estas organizaciones deben generar una confianza en lo que respecta a seguridad informática porque poseen las claves de sus clientes y, por ende, tienen el verdadero poder sobre las monedas.
Una pequeña reflexión
Hace un tiempo escuché una frase que decía que las criptomonedas son todo lo que no entendemos de economía y computadoras unido en un mismo concepto. Y creo que es apropiada para empezar esta conclusión dado que antes de invertir o asesorar en estos activos es necesario tener en cuenta, mínimamente, alguna de las cuestiones mencionadas.
Debemos comprender que es un tema que en el mundo está debatiendo desde varios puntos de vista tales como el legal, el impositivo, el ecológico o el informático y que hoy ocupa las agendas de empresas, gobiernos e inversores. Por ello, siempre aconsejo tratar de estar actualizado con las nuevas tendencias para poder adentrarnos un poco más en el mundo que se viene.
En esta nota intenté resumir todo lo que fui leyendo acerca de este nuevo paradigma y, obviamente, puede ser que hayan quedado preguntas sin responder o conceptos no hayan sido profundizados de la manera más adecuada ya que no soy un experto en la materia. De más está decir que cualquier comentario u observación de los lectores será bienvenido.
Por último, debo mencionar que en próximos artículos estaré analizando aspectos impositivos, actualidad en Argentina y algunas curiosidades económicas relacionadas con esta temática.
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