El Gobierno utilizará depósitos en el Banco Central por unos US$ 1.700 millones para intervenir. El objetivo es dar liquidez y estabilizar la divisa, aunque analistas advierten sobre riesgos de corrida si el mercado percibe debilidad oficial.
El Tesoro Nacional anunció que comenzará a participar en el mercado libre de cambios, con el objetivo de aportar liquidez y garantizar su normal funcionamiento. La medida fue comunicada por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y cuenta con el respaldo del ministro de Economía, Luis Caputo.
La intervención implica que el Gobierno nacional, a través del Tesoro, saldrá a ofertar dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), el espacio donde operan exportadores, importadores, bancos y empresas, y donde se forma el valor oficial del dólar mayorista.
En las últimas ruedas, la presión compradora superó a la oferta, lo que llevó a que la cotización alcanzara un récord de $1.385. Para evitar una escalada mayor en plena recta final de la campaña, el Tesoro decidió volcar dólares al mercado para equilibrar la balanza entre oferta y demanda.
Según analistas, el Tesoro dispone de unos US$ 1.700 millones depositados en una cuenta del Banco Central, fondos reservados originalmente para afrontar vencimientos de deuda. Estos recursos serán utilizados para la intervención.
En paralelo, el Banco Central también cuenta con reservas, pero en principio no deberían emplearse para este tipo de operaciones, lo que refuerza el rol protagónico del Tesoro en esta estrategia.
El mecanismo es directo: al aumentar la oferta de dólares, la cotización tiende a estabilizarse o incluso a retroceder. Sin embargo, los especialistas advierten que si el mercado percibe debilidad en la estrategia oficial, podría producirse un aumento de la demanda especulativa, con riesgo de una corrida cambiaria de consecuencias imprevisibles.
El anuncio se da en un contexto de volatilidad cambiaria y presión inflacionaria, donde el dólar se convirtió en una referencia clave para expectativas económicas y políticas. Para el Gobierno, mostrar capacidad de intervención y control es esencial para contener la incertidumbre en la recta final del año.