Una breve de guía de cómo empezar a invertir

Invertir un dinero que proviene de un ahorro o comenzar a invertir parte de nuestros ingresos puede ser un gran desafío para una persona. En este artículo trataré de explicar un poco que conceptos se deberían tener en cuenta a la hora de empezar a generar rendimientos con nuestro dinero.

Aclaración: El siguiente artículo NO es un asesoramiento financiero y está basado en experiencias propias y de otras personas. Quién escribe estas líneas no es un asesor financiero sino que simplemente investigó ciertas cuestiones. Lo que se va a exponer no es algo definitivo ya que pueden existir más conceptos.

El contexto económico de nuestro país es un tema recurrente en conversaciones de reuniones con familiares o amigos. Preguntas típicas como: “¿En qué invierto?” o “¿Qué hago con la plata?” son las que aparecen y que no son fáciles de responder. En mi caso, trato primero de aclarar que si tuviese una respuesta precisa sería millonario y luego del chiste, que más que buscar una respuesta mágica es tener en cuenta varias cuestiones. Así, a continuación y a mi entender estas serían los temas a considerar para tomar una decisión de inversión:

1) ¿Para qué quiero el dinero?: El ahorro en su esencia es postergar el consumo. Entonces, lo primero a saber es para qué estoy guardando dinero. Puede ser para comprar un auto o un departamento, para formar un fondo de jubilación, para vacaciones o para conservar el poder de consumo de ese dinero (en palabras más fáciles, ir en paralelo con la inflación). Esa respuesta puede determinar qué nivel de riesgo que estamos dispuestos a tomar.

2) Informarse: Estamos en una época donde hay una gran cantidad de información financiera disponible en internet. Lo más importante es que no nos quedemos con una sola fuente y siempre tratar de adquirir la mayor cantidad de información por medio de Youtube, diarios económicos y redes sociales. Inclusive, desde los mismos brokers o bancos se otorgan guías de inversión para aprender diversos conceptos.

3 )Entender en que estoy invirtiendo: Muy relacionado con el punto anterior. Aquí hago énfasis en que cuando invertimos en una acción, un bono, un fondo de inversión u otro activo mínimamente debemos saber de qué se trata, el riesgo que estamos asumiendo y el funcionamiento de ese activo.

4) Tiempo de dedicación: El tiempo es un factor fundamental. Así, corresponde plantearnos si vamos a ser un inversor pasivo que simplemente va a entrar ocasionalmente a controlar el rendimiento de las inversiones o alguien que analizará en mayor o menor medida las inversiones.

5) Tolerar el riesgo: Invertir es tomar riesgo. En un contexto como el de Argentina, se puede “perder ganando” inclusive ya que, por ejemplo, el plazo fijo en múltiples ocasiones genera intereses pero pierde contra la inflación. Y aquí remarco dos cuestiones: Por un lado, rendimientos pasados no garantizan rendimientos futuros y por el otro, a mayor tasa (o posibilidad de ganancias) mayor riesgo.

6) El inversor millonario: Es muy poco probable (salvo que tengas una información privilegiada) que nos hagamos millonario invirtiendo y quien nos ofrezca esta idea probablemente nos esté estafando o mintiendo. Lo que sí, tomando decisiones correctas podemos proteger los ahorros contra la inflación e inclusive generar una rentabilidad mucho mayor.

7) Diversificar: Uno de los temas más importantes es, como comúnmente se mencionar, no poner todos los huevos en una misma canasta. No debemos concentrar todo el capital en un activo sino que dependiendo del riesgo que quiero tomar puedo distribuirlo en distintos rubros. Así, se puede establecer un porcentaje que se destine a activos más riesgosos como acciones o directamente distribuir en activos de renta fija (bonos, obligaciones negociables).

8) Comprar dólares no es invertir: Puedo meterme en una polémica en este punto. Pero constantemente sostengo que desde un punto de vista técnico comprar dólares es una manera de conservar el poder adquisitivo de pesos que tengo ahorrados. EE.UU tiene inflación al igual que Argentina pero en menor medida. En otras palabras, tener dólares parados es básicamente alargar en el tiempo esa pérdida de poder de compra.

9) Controlar emociones: Las inversiones pueden ser volátiles y pueden provocar emociones intensas. Que algo este subiendo muy de golpe y este saliendo en todos los medios de comunicación no es una señal de que sea seguro. Muchas veces el FOMO (Fear of missing out o miedo de quedarse afuera) puede provocar que realicemos inversiones en activos por ,simplemente, un arrastre. Aquí es importante frenar y evaluar si realmente queremos asumir ese riesgo.

10) Buscar asesoramiento profesional: Si no nos sentimos cómodos tomando decisiones de inversión, existe la posibilidad de trabajar con un asesor financiero ya sea particular o utilizando los medios de ayuda que nos puede brindar un agente de bolsa o un banco. Probablemente, un profesional en la materia pueda brindarnos orientación a lo largo del camino.

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